Es más fácil saber de dónde uno viene que adivinar hacia donde uno va. Quizás porque todo está escrito o registrado, porque ya paso y fue certero, o porque la historia familiar en las largas horas de mate y café con leche de por medio siempre sale el tema de la familia. Las fechas de nacimiento y defunción, los pueblos en donde nacieron, la casa antigua que quedo abandonada o destruida, que siempre guarda algo del pasado. Pero el comprender hacia donde uno va, no es magia ni está escrito,…