Cuenta la leyenda que, hace muchos años, vivía en la cumbre del volcán el dios Pillán, divinidad del mal, aunque deidad justa y defensora de la naturaleza. Un día, los jóvenes de la tribu Huaiquimil estaban persiguiendo huemules (animales de cuya carne se alimentaban y con cuya piel se abrigaban). Sin darse cuenta llegaron a una gran altura, a pesar de saber que Pillán los estaba vigilando. El dios, al ver que mataban los animales, se puso furioso, desató una gran tormenta y el volcán empezó a arrojar lava, humo, llamas y cenizas provocando terror en la población.
Consultaron al brujo de la tribu, quien se recluyó varios días en una cueva y regresó con la solución: para aplacar la ira de Pillán era necesario sacrificar a Huilefun, hija menor del cacique, bella y simpática criatura adorada por todos. Debían arrojar su cuerpo a la hoguera del volcán.
La princesa debería ser conducida por el joven más valiente de la tribu y le tocó a Quechuán, a quien el brujo le dio las indicaciones pertinentes. Quechuán cargó entonces con la muchacha, llevándola hasta el lugar de la montaña donde los vientos soplaban con mayor intensidad y, según las instrucciones, la abandonó allí.
Enseguida un cóndor, de ojos refulgentes se acercó con su vuelo majestuoso, tomando a la joven entre sus garras, para elevarse y luego arrojarla al centro del mismo cráter. De repente densos nubarrones ocultaron el cielo y una espesa nevada cubrió la hoguera.
Desde entonces, el Lanín yace callado, ocultando a la princesa y el fuego de sus entrañas. Y en el lugar está prohibido cazar huemules.
Una vez llegue al lago, como era temprano para tomar el catamaran y ya era hora del almuerzo, decidí comer algo. Me quedaba una hora todavía así que almorcé y luego recorrí un hermoso laberinto natural de plantas y pehuenes, el árbol sagrado mapuche. Me tenté en robarme un piñón pero era mas útil que quede allí ¿Por que sera eso de que queremos llevarnos algo de recuerdo en lugares que esta prohibido cuando sabemos que no le vamos a dar utilidad? En fin, el piñón quedó allí, ni siquiera lo toque.
El recorrido del lago brinda una vista única del volcán pero también hemos recorrido el escorial donde crece un hermoso bosque enano de cohiues, pehuenes y ñires que parecen bonsais. Quien sabe cuantos años hacen que están allí o cuanto demoraron en crecer pero la cuestión que todos los que estábamos sobre ese catamaran quedamos realmente sorprendidos en ver semejante obra de la naturaleza.
Ya era hora de regresar. Creo que cuesta asimilar tanta belleza y saber que mientras este cuidado por sus dueños naturales, los mapuches, siempre estará.
No dejo de mirar el volcán, cubierto por un glaciar de 90 metros de hielo y que a simple vista solo parece una capa de nieve. No dejo de pensar en la leyenda, que guarda la princesa sepultada alli, no dejo de pensar en que ese volcán esta vivo y que quizás algún día la tierra enojada erupcione cambiando el paisaje. Saber que la tierra está viva es una de las sensaciones mas hermosas que puedo sentir y que además despierta todos los sentidos del ser humano.
De mi viaje Recorriendo la Patagonia 15426 KM
fotos: @ViajesYrelatos_
es un lugar impresionante y el contacto con la naturaleza, no tiene precio!
Ojalá esta belleza natural siempre esté bajo el cuidado de manos buenas e inteligentes.