De un día para otro decidí viajar porque ya no aguantaba mas estar encerrada por el trabajo. Era un fin de semana largo, bastante largo después de una sucesión de fines de semana largo. Tantos feriados beneficia al Sector de Turismo y perjudica al trabajador independiente y a las empresas. Pero tampoco voy a negar que me gustan los feriados. Pero hacia mucho que no viajaba que no sea por trabajo y necesitaba recargarme, olvidarme de la computadora, el celular y los mails. El tema es que cuando lo decidí ya no quedaba hospedaje para reservar en la ciudad de La Rioja ni alrededores hasta que finalmente encontré en San Agustín de Valle Fértil. Sinceramente nunca había escuchado de ese lugar pero vi en el mapa que quedaba muy cerca de los destinos turísticos para recorrer. Así que así fue y me fui para allá.
Cruzando por la provincia de Córdoba de este a oeste, la ruta bastante tranquila a pesar de las fechas viajando por el Camino del Cuadrado, un montón de curvas y contracurvas mientras se distinguen sierras de distintas alturas y visuales muy entretenidas de las distintas ciudades que se van recorriendo. Pero el que conduce se pierde de mucho. Es el camino turístico de la provincia de Córdoba, uno de los tantos que hay. No voy a hablar acá sobre este recorrido pero los cordobeses tienen esa gran habilidad para hacer que cualquier rincón, esquina, sierra o salto de agua sea un destino para recorrer y si no lo hay lo inventan. Todo está preparado para el turismo, inclusive la estación de servicio en Capilla del Monte donde parece mas a un shopping que un lugar para cargar combustible.
Llegué mas temprano de lo que pensaba a San Agustín y a descansar para arrancar al otro día e ir al Parque Ischigualasto o el tan conocido Valle de la Luna. Por suerte el último tramo para llegar a San Agustín, eran unos 60 KM que lo tomé de día ya que con sus 27 o 25, no me acuerdo cuantos badenes secos preparados para la época de lluvia. Badenes propicios para aquellos que piensan que por ser una ruta tranquila se puede ir mas rápido y estrellarse contra algún árbol o no prestar atención a algún caballo o vaca que cruce por ahí. De hecho presencié un accidente donde un auto volcó. La ruta del sube y baja y de lejos se ve el Nevado de Famatima, con su cumbre de nieves eternas. En la ruta del sube y baja se cruzan varias poblaciones menores pero interesantes: Baldecito, Usno que valen la pena recorrer con sus casas de adobe indicio del clima seco que reina en el lugar. Arbustos, árboles que luchan entre su reserva de agua y humedad y la sequía y cardones, miles de ellos en una tierra semi colorada típico de un lugar seco y árido de montaña que reseca la piel.
A pesar del clima y la región, San Agustín es un valle y con mucho verdor. Durante los dos últimos años sufrieron una gran sequía y en esta temporada de verano llovió y volvió el color a la ciudad. Llovió a tal punto que se destruyo gran parte de la ruta 141 que comunica desde San Agustín hasta La Rioja. Muchos turistas de paso por la ciudad, por una noche, para hacer temprano al otro día el Valle de la Luna y luego el Parque Nacional Talampaya, ambos declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
San Agustín no tiene mucho para ver, pero es un lugar cómodo y practico en la provincia de San Juan, casi al limite con La Rioja e ideal para recorrer ambos parques y hacer luego la Cuesta del Miranda. Tiene una iglesia, la plaza con los artesanos de la zona, el río transparente y cristalino correntoso, muchas rotiserias, algunos restaurantes y cabañas, un hostel, una estación de servicio que dicho sea de paso la nafta esta mucho mas barato que en otros lugares a pesar de los constantes aumentos sufridos últimamente. La arboleda del lugar se aprecian moras y tilos y algún que otro olivo perdido por ahí. Las casas adornadas con enredaderas de Santa Rita, que corta el verdor del lugar dándole una veta de alegría al paisaje con sus flores de color fucsia enredándose en las ventanas y techos de las casas.
También tiene un lago formado por el dique que abastece de agua a la zona. El atardecer es muy lindo verlo desde allí y como se reflejan los árboles y las nubes sobre el agua.
Se ven muchas construcciones nuevas, principalmente para hoteleria, alojamiento y cabañas perfilándose un crecimiento interesante gracias a tantos feriados. Pero nada de construcciones de tres pisos o mas que opaquen la visual hacia las sierras.
Cada vez que voy a un lugar, siempre me pregunto: ¿viviría aquí? Y mi respuesta es no y el porque es muy simple. No me gusta vivir lejos del agua, lejos del río o mar, lejos de arroyos estables, lejos de lugares donde no sienta pájaros a la mañana cantar, así sea un gorrión que no cantan. Donde no tenga lluvia al menos una vez al mes,sea invierno o verano. No digo que el lugar es feo, al contrario me pareció muy lindo y cómodo pero solo para destino de turísmo de un largo fin de semana. Sin embargo, hay gente que si le gusta este tipo de clima seco y árido, de noches frías, días cálidos y largas siestas en verano. Lejos de las malas noticias, lejos de la inseguridad de las grandes ciudades, lejos de contar como pasan los minutos en el reloj. Porque en San Agustín el tiempo no pasa, pero si se puede contar.
gracias Gaby…uy si los rompecabezas. Me hiciste recordar de uno que tengo hace años que no lo empece aun. De tanto decir «algún día, algún dia ………….hasta me olvide que lo tenía»
Esa primera foto, el enorme espejo que forma el agua simplemente me dejaste sin aliento. Una maravilla… hasta la imagino como un rompecabezas de 2,000 piezas.