A medida que se ingresa a la ciudad de Formosa, via la Ruta Nacional 11, es como ingresar a un spa. El primer cartel indica que en la ruta hay sonorizadores y luego vienen los reductores. Aparte del calor que hace en pleno comienzo del mes de Octubre que ronda los 38 grados celsius, los carteles hacían referencia al ingreso a zona urbana (los sonorizadores) y luego a la reducción de velocidad (o lomas de burro).
Antes del aeropuerto de Formosa, se encuentra el aeródromo junto a una cancha de golf. Para mi fue el primer indicio de que existe una diferencia social entre un 10% de la población en clase alta y el luego está todo el resto. Es la hora de la siesta y los únicos que transitan en la ruta son camiones con placa paraguaya quienes desvían antes de ingresar a Formosa para tomar la ruta que los lleva a Clorinda, ciudad limítrofe para cruzar a Asunción, capital Paraguaya.
Quienes siguen derecho, ingresan a la ciudad, y en la rotonda principal hay una cruz hecha en hierro oxidado por el tiempo para luego ir pasando por estaciones de servicios atestadas de autos porque llegó la nafta Super a la ciudad y que en pocas horas no quedará mas y solo se podrá cargar nafta premiun. Es facil: si hay largas filas de autos, significa que llego la nafta super y si no hay nadie, se consigue premiun. ¿los precios? mejor ni hablar de precios, porque si vas a Formosa en auto, no te queda otra que comprar al precio que sea.
Ya por la avenida principal se empieza a ver la Liga Formoseña de futbol, el casino inaugurado en junio o por ahi de 2011, cadenas de supermercados, la estación terminal de micros, el campus de la Universidad de Formosa, para luego encontrarse con la plaza principal y asi retomar la avenida que nos lleva a la costanera donde se encuentra el Rio Paraguay y a pocos metros cruzando el rio se encuentra Paraguay. Listo, hasta ahí.
Lo primero que me llamo la atención es que no habia niños pidiendo en la calle ni los famosos limpiavidrios en los semáforos. Pensé que era por la siesta, pero en ningún momento del dia se encuentran estos personajes.
Mi visita fue para el fin de semana de feriado del 12 de Octubre y la ciudad en plena campaña electoral presidencial. Y ahi viene la segunda curiosidad: no habia paredes pintadas ni carteles pegados en muros. Pero si había miles de carteles colgados de los postes de luz y grandes pancartas clavadas en el césped, lo cual es mas fácil limpiar la ciudad.
Desde el año 1995, Formosa tiene el mismo Gobernador: Gildo Insfrán. ¿como es posible? La constitución politica de Formosa hasta 1999 no permitía la reelección, pero Gildo la reformó. Pero luego, ya en su segundo mandato, Gildo convoca a Asamblea Constituyente y modifica nuevamente la constitución para que se permita la reelección indefinida. Digamos que es un precursor de Chavez. Y asi es como Gildo es gobernador desde 1995. O sea que los menores de 16 años nunca han visto un cambio de gobernador.
Termina la hora de la siesta y empiezan a aparecer los motociclistas en la ciudad. Tercera curiosidad: todo el mundo usa casco. Incluso si van de a tres, los tres llevan casco puesto. La multa es muy alta: le quitan la motocicleta y por consiguiente hay que pagar multa. Y debe ser cierto porque todos andan con casco. Con casi 40 grados de calor en Octubre, pero el casco puesto. ¿el motivo? Formosa llego a tener una de las tasas mas altas de accidentes en el país y esta medida los redujo.
Y hasta acá voy quedando satisfecha con el eterno Gildo: todos usan casco, no hay niños pidiendo, no hay limpiavidrios, las paredes limpias de toda campaña, las calles limpias, los semáforos se respetan y un montón de etcéteras mas. Tengo que admitir que tenia un preconcepto de Formosa. Mi primer día en Formosa y estoy muy feliz de estar aquí.
Es fin de semana largo y curiosamente el lunes 10, Dia de la Raza que en realidad es el miércoles 12 de Octubre. Por mas que intenten cambiar el nombre del feriado, es paradójico celebrar este dia donde el gran porcentaje de la población es indígena, despojados de sus tierras y tambien de sus costumbres. Pero todo sea por el turismo.
La capacidad hotelera de Formosa estaba colmada. ¿el motivo? la exposición FRUTAR llenó la ciudad con visitantes, festejos, artistas, inauguraciones de obras, campañas electorales, música por todos lados, bandas, bombos, motos, autos, gente, policías y gendarmes. Llega la tardecita, cuando baja el sol y todo el mundo a visitar la feria. Previo al ingreso, un montón de jóvenes en grupos bailando y cantando arengando a su candidato.
La Feria FRUTAR mueve a todos los productores de la zona. No solo había frutas, sino fiambres, yerba mate, artesanías, tejidos, maquinaria y caramelos. Si, caramelos coloridos y de todos los sabores que se compraban por kilo.
Por varios motivos disfrute la visita a Formosa, pero uno en principal: su gente. Si los miras, te sonríen y te saludan y es algo que en las ciudades grandes de Argentina se ha perdido prácticamente. Formosa tiene ese sabor a interior argentino, tiene ese olor a tierra húmeda, a verde, a selva. Mucha gente, sin conocer Formosa, lo primero que te pregunta: ¿como te puede gustar? y la respuesta es: ¿por que no habría de gustarme? a la hora de la cena, me senté en un bar a comer una pizza, sin miedo a que me saquen la cartera o la cámara de fotos. Nadie te molesta en las mesas, nadie vende nada. Verdaderamente se siente que estaba en un lugar seguro, como debería ser en todos lados.
Aparte de Frutar, la atracción es caminar por la costanera, recientemente inaugurada, con un hermoso puente iluminado y la vista del Río Paraguay iluminado. Niños jugando en las veredas, familias con sus reposeras tomando mate, parejitas de la mano tratando de buscar la luna testigo de alguna promesa. ¿y los mosquitos? ni uno, ni por casualidad.
Ya en mi último día en la ciudad de Formosa, fuimos con una amiga que conocí en Frutar a la casa de una familia del pueblo indígena Pilagá que trabajan la artesanía utilizando juncos cuya recoleccion es manual. Viajan increibles distancias para sacar entre los bañados la materia prima para hacer la cesteria. Recolectar los juncos implica adentrarse en los esteros, evadir viboras y cortarse las manos por la manipulacion de las esterillas. Ellos no tienen noción a cual precio vender los cestos que fabrican y son victimas de personas que incluso les pagan con ropa usada o pagan muy poco por su trabajo. Son los abusadores, pero poco a poco están aprendiendo a cotizar su trabajo por lo que vale y no por lo que los compradores creen que se les puede pagar.
Existe una historia oculta por el tiempo, pero que el pueblo Pilagá no olvida. La masacre Pilagá o el Genocidio Pilagá, también conocido como la Masacre de Rincon Bomba ocurrido durante el año 1947. La página Prensa de Frente, relata gran parte de los hechos:
En Octubre de 1947, cientos de aborígenes Pilagá que marchaban con grandes retratos de Perón y Evita fueron atacados con ametralladoras por la gendarmería. Hubo más 500 muertos y 200 desaparecidos, pero los hechos salieron a la luz recién en el 2005, a partir de una demanda de la Federación Pilagá contra el estado nacional.
También, la pagina CPDH, relata la masacre:
En marzo de 1947, miles de hombres, mujeres y niños comenzaron la marcha desde Las Lomitas, en Formosa, hasta Tartagal, en Salta. Eran braceros pilagás, tobas, mocovíes y wichís. Les habían prometido trabajo en el Ingenio San Martín de El Tabacal, propiedad del magnate Robustiano Patrón Costas. Les iban a pagar 6 pesos por día. Eso justificaba esa caminada de días y noches, más de cien kilómetros con hambre, cargando penurias y humillaciones. En abril llegaron a El Tabacal, se instalaron en las inmediaciones y empezaron a trabajar en la caña de azúcar. A trabajar todos, mujeres y chicos también. Pero cuando fueron a cobrar llegó la estafa: les quisieron pagar sólo 2,50 pesos por día. Los caciques protestaron. Pidieron un encuentro con don Robustiano o cualquiera otra autoridad del ingenio. Nadie los escuchó. Pocos días después, Patrón Costas dio la orden de echarlos sin ninguna consideración.
Miles de indígenas -se estima que eran 8.000- con escasísimos alimentos que les dieron pobladores de El Tabacal, emprendieron la retirada a Las Lomitas. Otros más de cien kilómetros a pie con niños, ancianos y el hambre que se fue acumulando en cuerpos huesudos y panzas desnutridas. Se instalaron en un descampado llamado Rincón Bomba, cercano al pueblo.
El hambre los acosaba, y el relato sigue:
Los tres vagones llegaron a la ciudad de Formosa a mediados de septiembre. Pero el delegado de la Dirección Nacional del Aborigen, Miguel Ortiz, dejó los vagones abandonados en la estación tras ser despojados de más de la mitad de sus cargas. Salieron diez días después y llegaron a Las Lomitas a principios de octubre. Los alimentos estaban en estado de putrefacción. Pero aún así los repartieron en el campamento indígena. Las consecuencias fueron de espanto: al día siguiente amanecieron con fuertes dolores intestinales, vómitos, diarreas, desmayos, temblores, por lo menos cincuenta indígenas murieron, en su mayoría niños y ancianos. Al principio fueron enterrados en el cementerio de Las Lomitas, luego les cerraron las puertas y los cadáveres tuvieron que ser llevados al monte.
pero luego, la atrocidad que sale a luz en el año 2005, la misma página, CPDH lo comenta asi:
La Gendarmería rodeó el campamento indígena con cien gendarmes armados y prohibió a los pilagás entrar al pueblo. Frente a tanta agresión y desprecio, el cacique Pablito pidió hablar con el comandante. El oficial aceptó encontrarse en el atardecer, pero a campo abierto. Allí estuvieron. Era el 10 de octubre. El cacique avanzó seguido por más de mil mujeres, niños, hombres y ancianos pilagás con retratos de Perón y Evita. Enfrente, desde el monte vecino, cien gendarmes los apuntaban con sus armas. Los indios habían caído en la trampa. El segundo comandante del Escuadrón, Aliaga Pueyrredón, dio la orden y las ametralladoras hicieron lo suyo. Cientos de pilagás cayeron bajo las ráfagas. Otros lograron escapar por los yuyales pero la Gendarmería se lanzó a perseguirlos: “que no queden testigos”, era la consigna de los matadores. La persecución duró días hasta que fueron rodeados y fusilados en Campo del Cielo, en Pozo del Tigre y en otros lugares. Luego -señala la presentación de los abogados-, los gendarmes apilaron y quemaron los cadáveres. Según la presentación ante la Justicia, fueron asesinados de 400 a 500 pilagás. A esto hay que sumarle los heridos, los más de 200 desaparecidos, los niños no encontrados y los intoxicados por aquellos alimentos en mal estado. En total, se calcula que murieron más de 750 pilagás, wichís, tobas y mocovíes.
Tambien visité el barrio NamQom, donde el deporte mas popular es el rugby. El Barrio Namqom esta habitado en su mayoria por el pueblo indigena Toba aunque también hay Pilagás. En la página de Canal Encuentro se puede ver un video con fines didácticos acerca de los Tobas.
Pase cuatro días en la capital de Formosa y al final uno se pregunta: ¿donde esta la felicidad? ¿En las grandes ciudades donde todo lo tenemos al alcance? o ¿en Formosa donde se puede caminar tranquilo sin que nadie te robe nada? La felicidad es un concepto subjetivo, pero después de pasar 4 días allí, yo se que fui feliz…y volvería nuevamente y nuevamente y nuevamente.
Lugares para visitar en Formosa: Parque Nacional Pilcomayo, Laguna Blanca, Bañado La Estrella, Comarca del Bermejo entre otros.
Fotos: @LauraSchne
[…] otra parte, Laura, de Viajes y Relatos, llegó a la ciudad de Formosa y allí tuvo la posibilidad de visitar la casa de una familia de la […]
Melina, te recomiendo la Laguna Oca y si podes llegarte a Bañado La Estrella, pero tenes que ir con alguien que organice tours alla, hay una muy grande que se llama Formosa Receptiva y organiza porque son por 2 o 3 dias y se duerme alla, siempre y cuando te guste ver pajaros animales etc. A mi me gusto porque vez mucha naturaleza. Un abrazo!
Hola Laura,
Hace rato que quiero conocer Formosa así que fue un placer para mí poder leer tu relato sobre ella. Gracias por compartir tus vivencias, con fotos y relatos!!! Mil gracias…:)
Un abrazo,
Melina Covacevich