Dentro del Parque Tayrona, Colombia se encuentran muchas ensenadas, tales como Cinto, Palmarito, Neguanje, Gayraca y Guachaquita. Pero la que me fascino fue Guachaquita.
La llegada solo es en lancha desde Taganga, una pequeña población pero muy pintoresca donde fácilmente se conoce al cura, a la viuda, la bruja y el solterón del pueblo. No hay nada que hacer alli, excepto a la noche sentarse frente al mar en la pequeña playa para tomar cerveza y escuchar cumbias colombianas o bachatas. Es lo mas lindo del lugar. Y si alguien quiere ruido, a una hora se encuentra Santa Marta. Lo importante de Taganga es la gran cantidad de escuelas de buceo que ademas ofrecen alojamiento, pero sobre todo el acceso a lugares como Guachaquita, algo así como una hora de viaje en lancha de gran porte ya que se llega a altamar y las olas cambian.
Guachaquita es una ensenada, no tiene alojamiento pero si tiene espacio para acampar. Posee algunas cabañas, pero que nadie gestiona las reservas, aunque con el grupo que fuimos estuvimos durmiendo alli. Desconozco si se podia o no, o si se debía o no. Pero quien te quita lo bailado. y ademas si bien hay un grupo generador, este no funciona y tampoco es necesario, ni nadie puede traer el combustible suficiente para que funcione. Cuando llega la noche, una buena fogata provee toda la iluminación necesaria sin la invasión de luces artificiales.
Recuerdo que allí fue mi primera y única vez que hice buceo de verdad. No es algo que me apasione, mas bien sufro, pero ese día la belleza bajo el mar, los arrecifes y corales, el pez loro, los caballitos de mar, otros peces que no se el nombre y alguna que otra barracuda me llevo hasta 25 metros mar abajo. Sin miedo y con mucho coraje, me sentí como intrusa en un mundo de mucha tranquilidad y paz, armonía y decoro. Donde el tiempo no tiene tiempo porque no existe. Para mi fue una barbaridad llegar a tantos metros, porque me enteré cuando subí lo profundo que había llegado. Lamentablemente también se veían zonas de corales explotados a dinamita para la explotación masiva. El hombre siempre viola la naturaleza y ésta nada puede hacer. Quizás es allí cuando se nota el tiempo porque lleva siglos la formación de un coral, al menos los de la magnitud que se ve allí. Al hombre nada le importa.
El parque Tayrona ofrece miles de lugares como éste dentro de sus mas de 11000 hectáreas, un parque con una belleza natural única, para mi, un oasis, el oasis colombiano.
[…] Desde Viajes y Relatos, nos comparten un pedacito de Colombia, Guachaquita en el parque Nacional Tayronat: […]