Cristian , el francés que junto a su esposa Nanu, abandonaron Francia, mas precisamente Avignon. Empezaron a recorrer latinoamérica y cuando llegaron a La Higuera en Bolivia por su fanatismo y admiración al Che, se quedaron allí a vivir.
Un bar y hospedaje, «Los Amigos» donde ofrecen comida casera, y todo lo que sea verduras, viene de su propia quinta: tomates, lechuga, cebolla etc. No es fácil la vida allí, pero tampoco imposible. La ciudad mas cerca es Vallegrande, a unos dos a tres horas de viaje por tierra según el camino para recorrer solo 60 KM. No existe el transporte público y no hace muchos años llego la electricidad.
Cris, siente ser una parte del Che, con un profundo acento francés al hablar su ingles y español. Es que si no fuera por el Che, La Higuera quien sabe si existiría o no. Un museo improvisado donde miles de mochileros dejan sus recuerdos como paso por ahí, una pequeña muy pequeña plaza con un bebedero. No se si llamarle plaza porque mide dos por dos, pero creo que ese es el fin. Y todos allí dicen haber conocido personalmente al Che, incluso los nacidos después de morir. Obviamente calles de tierra y la recolección de residuos se hace una vez a la semana. Se puede ver televisión para aquel que tenga alguna conexión satelital casera y sino alguna radio siempre se escucha. De todos modos, en el pueblo se ve una satélite que no se para que sirve o para que se utiliza.
Pero no son los únicos franceses que viven allí. También hay un matrimonio que ya tienen su primer hija nacida en La Higuera y dueños de un hostal que se llama La Casa del Telegrafista y entre otras cosas organizan tours, caminatas, trekking y mountain bike. Alli nadie los ayudo ir, no hay subsidios para vivir en La Higuera, no hay casas del gobierno. Se vive por puro amor: a la soledad, a la tranquilidad y sino al Che.
fotos: @ViajesYRelatos_