Un «secuestro» en plena frontera

Por algún motivo o razón cruzar una frontera siempre me generó un tema de respeto. Cumplir con la documentación, que te dejen pasar, que no falte ningún papel, que no te pidan plata. No se porque. Por suerte nunca tuve problemas. Tampoco he cruzado fronteras complicadas. Yo se que hay gente que si han tenido sus aventuras, tiempos de espera y complicaciones. Pero para mi pasar una frontera me da la sensación de cruzar un mundo y atravesar otro. Cruzar esa linea divisoria entre dos países que me transportan a la historia: quién fijo el límite, que guerras pudo haber habido, los tratados internacionales y un sin fin de cosas que me hacen recordar cuando en el colegio teníamos la materia «Instrucción Moral y Cívica.» Saber cuales son las leyes de ése país para que no me pase nada. Bueno, quizás son taras mentales que uno puede tener. Incluso me emociona y me da una sensación de liberación!!! Cada uno lo vive a su modo.

Frontera Pocitos y Salvador Mazza entre Bolivia y Argentina: Para mi fue la mejor aventura que tuve. Fue entre Agosto y  Septiembre del 2008 cuando estaba regresando a la Argentina después de vivir 9 años en Bolivia. Decidí volverme en auto y con una copiloto, mi amiga fiel de 4 patas, mi perra y compañera labradora que ya no está mas conmigo: Slatka y para los que no sabían pronunciarlo, le decían Laika. De croata me la convertían a Rusa.  Había bloqueos en toda la ruta que va desde Santa Cruz de la Sierra hasta Yacuiba. Pero llevaba galletitas, comida, mate y en cada bloqueo bajábamos con mi amiga a charlar y compartir un tiempo con los bloqueadores hasta que nos dejaban pasar. Creo que gracias a Laika/Slatka ella sabia congraciarse con su mejor sonrisa y moviendo la cola. Cuatro bloqueos pudimos cruzar, en uno de ellos, en Villamontes, no había modo de cruzar y era de noche no había modo de negociar.

 Los bloqueadores estaban en «recambio de turno» y había que esperar al nuevo jefe de turno. Yo estaba en una emergencia y necesitaba cruzar como sea, buscar un lugar para asearme pero a ellos no les importaba nada. Hasta que se acercó un adolescente de 15 años y me dice «yo se por donde cruzar, crucemos por el rio que esta bajo». Así fue, un río con muchas piedras, aguas cristalinas y Juancito conocía el camino. Muchísimos autos iban y venían por esa «ruta alterna» y así fue como cruzamos a un campo privado, que nos corrieron con palas y Juancito me dejo en la ruta y me dijo «Que Dios la ayude señora». Luego de unos 70 KM llego a la frontera, en Pocitos y ahí no había modo de pasar. Miles de sillas y personas tapaban el cruce fronterizo, como una gran kermese.

zona de bloqueo
zona de bloqueo frontera Bolivia – Argentina

Parecía que el pueblo estaba de fiesta. Solo cruzaban los vendedores ambulantes y changarines con grandes cargas en la espalda. Tuve que hacer noche en Pocitos, dentro del auto y estacionado en frente de la barrera que dividía mi prisión hacia la libertad. Nada ni nadie me movía de ese lugar, por si alguien levantaba la barrera, pensaba cruzarla como sea. Eramos cinco autos, prisioneros del bloqueo. No pudimos cruzar. Nadie cruzaba. Laika tenia muchos seguidores, estaba en celo y por donde íbamos ella tenia un séquito que teníamos que ahuyentar. Digo «teníamos» porque me hice de muchos amigos en la frontera y ellos me ayudaban a sacar a estos perros enamoradizos. Pero Sltaka/Laika tenia un amigo especial » Chicho Poci». Así lo bauticé.  Dos días varados en la frontera, hasta que llegó el momento de la negociación para poder cruzar: muchos sandwiches de mortadela, vino, cigarrillos marca Casino y hojas de coca era el «pedido» de los bloqueadores. Así que nos juntamos entre los cinco autos hicimos la compra del lado argentino (requisito de los bloqueadores) y aparecimos con los insumos que nos iban a llevar de la prisión a la libertad. Previo, nos hicieron firmar una «Declaración jurada» que nunca habíamos sobornado a nadie. A las 21 hs. del 1ro de septiembre del 2008 nos liberaron. Yo lo sentí así, una liberación porque mas parecía a un secuestro que a un bloqueo. De nada les servia a ellos tener cinco autos argentinos como premio de su esfuerzo, ya que  ninguno de nosotros estaba dispuesto a entregar dinero.

Chicho Poci de Pocitos boliviano

Del lado Argentino, Gendarmeria nada podía hacer. Era obvio, nadie quería entrar en un problema con los vecinos que conviven día a día  Después de todo, nosotros fuimos cinco boludos que ya sabíamos con que nos ibamos a encontrar.  Del lado Argentino nos preguntaban como habíamos cruzado, ya que mas de cien camiones con mercadería estaban totalmente paralizados. Un viaje de 24 horas se torno en casi 40 horas de viaje. Un mes después me entero que mi Laika estaba embarazada, nunca supe si fue de Chicho o de cual de sus amantes pocitenses. Laika me acompaño un año en mi transición de retornar a la Argentina y luego me dejó. Un terrible tumor cerebral puso fin a sus días  Pero no me gusta pensarlo así  siempre me convenzo que ella quiso acompañarme en mi readaptación al país y cuando vio que ya estaba adaptada dejo que cada una siga su camino. ¿Que día falleció? Un 10 de Octubre de 2009, casi un año después cuando las dos pisamos tierra argentina.

Con Slatka durmiendo en el auto en Pocitos boliviano
Laika con su hijo argentino de padre desconocido
Slatka con sus diez hijos bolivianos recién nacidos de padre conocido, el brasilero  Bill – año 2005
ultimas fotos de Laika en Argentina

Les dejo imágenes de otras fronteras, que fueron curiosas para mi, por su fisonomía y su modo de vida.  pero definitivamente nunca olvidaré, mis últimos días en Bolivia.

Frontera Tanzania – Kenia en el Masai
Cruce Pto Natales – Rio Turbio Pvcia de Santa Cruz
la Triple Frontera en Misiones
La Triple Frontera – Misiones
Tierra del Fuego – limite Argentina – Chile
Villazón – La Quiaca
Villazon – La Quiaca

Fotos: @ViajesyRelatos_

Related posts

6 Thoughts to “Un «secuestro» en plena frontera”

  1. […] nombre que tenía mi perrita y con la que me hubiera encantado haber viajado) y tras contar su travesía desde Santa Cruz de la Sierra hasta Argentina, atravesando bloqueos en la ruta, nos demostró a todos que no importa qué se interponga en el camino, todo es […]

  2. […] frontera, es frecuentada diarimente por una gran cantidad de autos y camiones. Laura Schneider, de Viajes y Relatos, nos deja una foto de esta localidad, como parte de una entrada donde nos habla sobre sus […]

  3. creo que a muchos nos pasa. Quizas porque tienen el «poder» de dejarte pasar o no y como nada uno puede hacer estamos en sus manos jaja

  4. A mi me ponen nerviosa los funcionarios de migraciones de cualquier pais, incluso de Argentina, y eso que es mi pais. Anda a saber por que.

    Lo de los ‘secuestradores» bolivianos, un desastre. Todo comienzan con un reclamo atendible y termina degenerandose.

  5. Gracias Lau, que digas a vos te gusto para mi es un honor!!! en serio te digo. Tenés una crónicas hermosas y mi gordita sí, hermosa…

  6. Gracias Gaby, es que con Uruguay tenemos frontera integrada y parece que los Uruguayos trabajan mas rápido que nuestros funcionarios jaja

  7. Qué lindo post Lau!!! Me encantó. A mi tb me ponen muy nerviosa las fronteras, no se por qué. Qué hermosa tu perra!

  8. Qué tal aventura, Laurita. y qué linda la historia con Slatka.
    Recuerdo cuando pasé de Argentina a Uruguay, como la cola de la salida era muy larga, el uruguayo se adelantó y nos selló la entrada a su país sin tener la salida de Argentina.
    ¡Imagínate si no me dejaban salir de tu país y yo ya había sido admitida en Uruguay! Despelote…

Comments?

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.